La ciudad es una de las principales canteras de olímpicos, con más de 70 representantes, gracias al deporte del 'stick' | Bisnietos de los fundadores llegan a las plantillas actuales
El 2 de junio de 1912, por primera vez en España 22 hombres se repartieron en dos equipos, armados con un stick y moderados por un árbitro. El primer encuentro oficial de hockey hierba del estado se celebró en un campo situado en la actual Avinguda Jacquard de Terrassa y enfrentó al RCD Espanyol con el Lawn Hockey Club, actual CD Terrassa. 100 años después, este deporte sigue tan íntimamente ligado a la ciudad que mantiene tres clubs en la élite estatal y europea y se ha convertido en una fuente constante de representantes olímpicos. A día de hoy, Terrassa ha aportado 70 participantes en los Juegos. Por cierto, aquél primer partido acabó con un sonrojante 2 a 7 favorable a los periquitos.
El pasado fin de semana, la ciudad recordó aquel primer encuentro con un partido de época y una cena para homenajear a los olímpicos de la ciudad. No se trata de un acontecimiento menor. El deporte en Terrassa no se entiende sin el stick. “El hockey es la disciplina abanderada de la ciudad; tenemos cuatro clubs, setenta olímpicos y 100 medallas, lo que nos convierte en la ciudad con más olímpicos del mundo. Nosotros mostramos y presumimos de este patrimonio en el exterior”, explica el regidor de deportes de la ciudad, Alfredo Vega.
Un vínculo como el existente entre el hockey y Terrassa es difícil encontrarlo en ninguna otra ciudad. En un contexto en el que el futbol y el baloncesto captan la atención de la mayoría de jóvenes, los tres principales clubs de la ciudad mantienen entre 2.000 y 3.000 fichas federativas, lo que les permite mantener su excelente nivel y nutrir a la selección española. “Es fundamental la tradición familiar para entender este factor. Contamos con auténticas dinastías del hockey, como los Amat o Freixa, que van pasando por los clubs generación tras generación”, argumenta Vega.
La responsable de la comisión histórica del CD Terrassa, Berta Ribé, suscribe la afirmación de Vega y asegura que hoy empiezan a jugar muchos de los bisnietos de los fundadores de los equipos. A este hecho añade la transmisión de valores ligados al deporte. “Muchas familias apuntan a sus hijos al club en cuanto nacen, de manera que crecen vinculados a lo que significa este deporte. En la escuela practican otras disciplinas, pero la actividad extraescolar es el hockey”.
El textil y el hockey
Que Terrassa se fijara en el hockey a principios del siglo XX no es ninguna casualidad, si no que está relacionado con su historia y con la sociedad del momento. Ya en aquella época, la ciudad era un referente europeo de la industria del textil y contaba con un grupo de empresarios del sector fascinados por los referentes anglosajones. “El hockey tiene sus raíces en Escocia y Inglaterra, y llegó a España a través de Barcelona. En Terrassa encontramos un grupo de deportistas compuesto por la burguesía del textil, que buscan un deporte diferente y que se adecuara a su forma de vida”, explica Ribé. Un estilo de vida propio de las clases pudientes y que se refleja hasta en la vestimenta. “¡Para aquél primer partido se equiparon con una camisa blanca y corbatines rojos!”, bromea la historiadora.
Vega entiende que el hockey es el reflejo deportivo del cambio cultural que se produjo a principios del siglo XX. “Si nos fijamos, en estos años estamos celebrando el centenario de la llegada del baloncesto y del hockey, pero también de la Escola Industrial y de diversas efemérides relacionadas con la cultura y la ciencia; son los cambios propios de una sociedad industrial que fue tomando interés en movimientos como el modernismo”, explica el regidor.
Quizás el vínculo del textil con el hockey se haya difuminado con el paso del tiempo, pero estuvo presente durante décadas y forma parte del ADN de los clubs. Los jugadores y directivos de los clubs, además de empresarios eran diseñadores, y quisieron dejar su huella en la vestimenta años antes de la aparición del márketing. “Entre los años 1927 y 1936 el CD Terrassa cambió cada temporada el diseño de su camiseta; fue el primer equipo en hacerlo”, indica Ribé.
No agresión
La gran afición al deporte también ha generado grandes rivalidades entre el CD Terrassa, el Egara y el Atlètic, pero las relaciones están siempre marcadas por la cordialidad institucional. Muestra de ello es la unión de los tres clubs en la institución Hockey per Terrassa, creada hace tres años y que trabaja para la difusión del deporte en la ciudad. La unión de fuerzas –y la reducción de presupuestos- también ha ocasionado un pacto de no agresión entre los equipos, de manera que es cada vez menos común ver fichajes entre estos clubs. Ahora los jugadores que buscan nuevas oportunidades económicas lo hacen en otras ligas.
Articulo Publicado en La Vanguardia el día 07/06/2012
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